Tomaron el autobús por la mañana, muy temprano. Estaban adormilados porque no pudieron conciliar el sueño una noche antes por la planificación, sobre todo los aspectos posteriores al robo. Tenían el pitazo de un policía que estaba asignado a la custodia del lugar. Además él era local, conocía bien dónde esconderse en una ciudad laberíntica e inclinada como esa. Todos estaban confiados en la información que había proveído, no había posibilidades de trampa pues en ocasiones anteriores el más viejo del grupo había trabajado con él. Recuperar toda la información posible llevó dos semanas, el policía había filtrado hasta los detalles más pequeños como valor estimado de los objetos, sentido de las calles, escondites provisionales, los casilleros, todo... Lo peor que podía suceder era no robar lo suficiente o ser tan estúpido como para ser atrapado en la etapa de "reposo" como la habían nombrado: permanecer ocultos durante dos semanas hasta que las averiguaciones se asentaran por ...
Un espacio donde pongo todo aquello que escribo bajo el único criterio de relajarme. Encontrarás literatura, opinión o asuntos que no comprenderás, porque ni yo mismo a veces me entiendo.