miércoles, 19 de diciembre de 2012

Los resfriados de invierno

El peor síntoma de la gripa común es la gotera interminable de la nariz. Ya han pasado más de cuarenta y ocho horas y sigo raspando mi nariz con papel doble hoja. Por lo pronto la cantidad de moco es menor con mejor consistencia, ya se sostiene por sí mismo sin resbalarse sobre todo el labio superior. Bigotes de moco. En mi casa da igual la vanidad, llevo casi media hora con el fluido reposando sobre mi boca. ¿A quién le importa? No besaré a mi novia porque espera a que llegue el refrigerador nuevo a su domicilio. Hoy no es día de entrevista laboral, ni siquiera tendré que pasear por las calles con el resorte saliendo y subiendo a las fosas al ritmo de inhalar y exhalar. Podría estar toda la tarde con el moco sobre mi piel y nada pasará. Porque eso es mejor que limpiarlo indefinidamente y lastimar la piel, dejarla roja y con la peor sensación de irritación. Intenté limpiarme con pañuelos desechables, papel sanitario con diseño exclusivo para piel sensible ... la mejor opción fue una camisa de algodón lista para lavarse el sábado por la tarde.

Regresé después de varias horas. No soy el más fluido con la escritura. El moco sí lo es. Se ha quedado estancando dentro de la nariz, sus intentos por escapar son más bien vanos porque necesito apenas unas pocas inhalaciones para retraerlo. Aunque el exceso de aquella técnica ha llevado a provocar un ligero, pero castrante, dolor de cabeza. MALDITA CEFALEA!!!. No importa, confió en el curso natural que tiene una gripa: nace casi anonimamente, se presenta sin intenciones devastadoras, después, crece y se fortalece. Sube por todo el cuerpo te mira por debajo del hombro, sonríe y guiña el ojo con sorna. Al siguiente día está temblando, se repliega a no sé cuál lugar. Después huye para no acercarse hasta otro momento de debilidad.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Policia mediocre; políticos aprovechados.

Un evento siempre es causado por bastantes variables, algunas comprobables, verificables, otras requieren un análisis más detallado porque no parecen evidentes a simple vista. Además siempre prevalece una idea general sobre el evento, luego se distorsiona y las interpretaciones son provechosas para todos y cada uno de los individuos involucrados y no.

El pasado primero de Diciembre Enrique Peña Nieto tomó posesión del poder ejecutivo. Lo que sucedió aquel día podría es un episodio histórico; una parte de la población salió a manifestarse en contra de él. En varias partes del país hubieron manifestaciones. Lo que se convirtió en noticia, más allá del protocolario recibimiento de la banda presidencial, fue la violencia que sorprendió a jóvenes y viejos. Por instantes la Ciudad de México fue escenario de incendios, escombros disparados en dirección a policías  bancos y otros comercios. La reacción policíaca fue contundente y sin orden; en un vano esfuerzo por diseminar a los grupos agresores, avivaron la confrontación, pues capturaban personas sin método ni sistema de manera arbitraria. Con los grupos agresores, la policia, no intervino como esperarían todos. Hicieron caso omiso de algunos encapuchados o personas con latas y bombas molotov. Definitivamente se enardeció parte de la ciudadanía, porque ahora están siendo procesadas varias decenas de ciudadanos que fueron llevados a los ministerios públicos sin haber hecho nada, según cuentan y evidencian los videos y fotografías. Están tras las rejas boleros, amas de casa, estudiantes, turistas, etc...

Como es común inició la búsqueda de un culpable. Además un sin fin de interpretaciones inundan los medios de comunicación - no todos - y sobre todo la red. Los partidos políticos, desde luego, señalan culpables implícitamente, sin embargo, nadie asume un poco de responsabilidad. Existen posturas que califican como algo grandioso la intervención de la policia en tanto era vandalismo y saqueo - sí, fue -. Por otra parte un sector dirige su atención al abuso de autoridad que hubo a plena luz del día y documentada. La polarización no se hizo esperar. El discurso que culpa al PRI tomó vigor y se fortaleció; se especula la participación - del partido, que no algún político en particular - del Revolucionario Institucional en la organización de los disturbios; las memorias del porrismo y grupos de choque volvió a la charla sobre política. Nadie puede afirmarlo ni negarlo. Probablemente sí, sin embargo, la impunidad con la que parece actuaron no responde a una jugada política ni de represión; es decir, quienes hicieron los desmanes permanecen libres por otras razones más allá de una conspiración política. La finalidad de los grupos vandálicos es incierta dado que fue difusa, sin un objetivo claro, arbitraria,etc... Tal vez su intención era únicamente causar violencia porque sí. Lo que corresponde a la justicia es investigar el porqué.

Ya expuestas más o menos los hechos y las versiones que hay de cada uno me inclino a pensar en la siguiente hipótesis: Las personas detenidas y encarceladas no fueron procesadas jurídicamente para acallar la crítica que pudieron haber hecho; no fueron víctimas de una treta política, tampoco están tras las rejas por un garrotazo del nuevo gobierno federal. Están ahí por una policía inútil, carente de preparación sobre derechos humanos y procedimientos legales. Son una extensión preciosa de los gobiernos. Desafortunadamente la policia es uno de los últimos refugios en los que se alistan los desempleados o personas sin estudios; los requisitos son al menos la secundaria. En conjunto, es un cuerpo acrítico que estaría dispuesto golpear ciegamente, privar de todo derecho a cualquier individuo sin mayor reflexión sobre lo que implica su trabajo. Al final sólo están siguiendo órdenes. No obstante, son personas con la capacidad de discernir entre el peligro: definitivamente resultaba más sencillo apresar a una señora, señor o estudiante sin ninguna arma para defenderse que un tipo encapuchado, talvez, con una navaja, arma de fuego,  botellas de vidrio etc... Porque la mayoría de las detenciones se hicieron de sujetos ajenas a las zonas de conflicto. Simplemente era más viable y fácil. Eso sin contar la posible remuneración que pudieran recibir por cada personas que presentaban al ministerio público.

Por ello, considero que la arbitrariedad de la policia resulta una cuestión de diseño institucional. Los responsables aquí son quienes se encargan del funcionamiento de la policia, su forma de actuar, la capacitación de los miembros, etc... Además están los encargados de procurar la justicia. Deben resolver caso por caso. Por supuesto, los políticos conocen las deficiencias policíacas y no dudarán en enviar un comando para golpear a diestra y siniestra; o bien, conocen la reacción ineficiente que tienen frente a grupos de choque. También se obtienen muchos bonos por generar violencia.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Política monárquica del siglo XXI

Recién encontré una actividad para distraerme y llevar mis reflexiones sobre la religión a otro punto. Entro a visitar páginas, foros y leo mensajes referidos y en defensa del credo religioso. Comento en los mismos espacios con sorna más crítica. Podría ser impropia mi conducta, de algún modo podría ser interpretada como intolerante. No tengo problema si me acusaran de ello porque estoy enterado de ello. Tampoco soy un mercenario que pretende incendiar a los feligreses o templos; soy un individuo crítico que en el mínimo espacio intento comentar sobre los peligros de la fe religiosa. Desde luego, no todo lo que dice la religión es mentira encubierta o fanatismo puro. En ocasiones llegan a recomendar acciones prudentes en beneficio de la sociedad o del individuo. Pero el hay dos temas que me causan particular escozor: la ciencia y la política. En este caso hablaré del segundo tema porque los tiempos así lo ameritan. Mi reflexión es simple, caduca pero efectiva a través de los años. La detonó una mini charla de Twitter. Cito:

Aunque no lo crean Dios pone y quita a los gobernantes del mundo, así que lo mejor es aceptar al  porque

Le contesté y me replicó así:

 Cada quien con su cuento, pero el hecho ya está consumado...
 Sí está consumado, s legal , pero meter a Dios se me hace excesivo. ¿Por qué Dios le da buenos presidentes al primer mundo?
 Algo estamos haciendo mal, la no participación política activa y propositiv ha tenido sus consecuencias, y ésta es 1 de ellas
 Pues ahí está mi punto. Se trata de acciones humanas, no hay un Dios. Cada individuo hace lo que quiere con sus consecuencias.

 podría darte escrituras bíblicas para comprobarlo,pero es mejor que tu las busques para que te desengañes.

El último comentario me indigno, debo admitir. La política y la religión - aún cuando la segunda es políticamente activa, y de qué manera - no deberían mezclarse. La política son actos humanos de organización social, la búsqueda del poder para influir sobre los demás, ejercer el control, quitar o poner libertades. La religión está acotada al mundo trascendental y metafísico, no debería mezclar sus conceptos con la política porque fomenta radicalismo, intoxica con su principio de autoridad. Todo lo convierte en determinismo, anula la posibilidad de diálogo porque creen en "la palabra".

La democracia es por definición secular. Son humanos eligiendo humanos. No hay dios padre en una sociedad equitativa. La democracia es tolerante porque considera las opiniones de las minorías como iguales a la mayoría. Todo lo opuesto a la religión cristiana donde el pensamiento distintos es condenado por se incompatible por los principios morales. La política inspirada en la moral define buenos y malos, una oposición donde no hay cabida para otros colores. Estás contra nosotros o estás con nosotros. Luego, sólo existe una visión para la religión.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Nuevo presidente sobre viejos hábitos

Mañana sábado 1 de Diciembre habrá de tomar protesta como presidente Enrique Peña Nieto. El recinto legislativo de San Lázaro estará cercado de una forma inédita frente a las nutridas manifestaciones en contra del presidente electo. El descontento de las personas vuelve a elevar su temperatura después de las elecciones; la Internet recobra su papel como canal para la discusión política. El sentimiento anti Peña florece una vez más; sin embargo, cuánto durará. No creo que mucho.

La cultura política del mexicano, medianamente informado, es frágil. Hoy pugnamos por todas las causas e injusticias, mañana olvidamos los problemas. Nunca me han gustado las predicciones, pero lo que sucederá mañana simplemente será una polvareda de ira, frustración y exigencias justas, pero no sistematizadas ni organizadas para que se conviertan en acciones específicas. Me refiero a que no hay un trabajo en equipo, sólo un trabajo de muchedumbre. No dudo quienes estén al tanto de la política e incluso se desarrollen dentro de ella, pero los problemas del país van más allá de las manifestaciones. La ciudadanía necesita un trabajo real y antes de ello es menester organización sólida. Si se quiere exigir al nuevo gobierno que trabaje sobre una agenda que beneficie a la mayoría de la población es necesario un compromiso como ciudadanos, donde tomemos en cuenta permanentemente los problemas del país, estar conscientes del trabajo que implica resolverlos y sobre todo ligarlos a la vida cotidiana. Lo que sucede en el norte del país es producto de nuestro comportamiento acá en el centro y sur de la república. Pensar a México como un todo y dejar atrás los regionalismos que tanto daño nos han hecho.

En ocasiones he leído las quejas y críticas que lanzan los habitantes de estados del norte sobre la inconformidad permanente que vivimos los defeños. Que somos unos revoltosos, que nos la pasamos quejándonos, que para todo hacemos marchas, que nunca estamos contentos, etc... Estas expresiones, considero, son producto de un centralismo histórico. El D.F al ser la cuna de los poderes desde la época de la Independencia ha construido una especia de muralla donde los habitante del interior de la república no se sienten identificados con el centro y viceversa. Las diferencias culturales son amplias y la cultura política no se diga. Cuando ellos se manifiestan, aquí nos importa poco, y cuando nosotros nos manifestamos, a ellos les interesa un poco menos. Ese problema es a nivel nacional, pero existe de formas locales. Hay un desinterés por las problemáticas de otros sectores, sus demandas no parecen mejor que las del grupo de a lado. Por ello es inviable, actualmente, una agenda conjunta; cada actor tiene una visión propia no compartida, y no por falta de voluntad sino por negligencia para sentarnos y escuchar qué es lo que tienen que decir ellos. Lo que sucede mañana con el retorno del PRI nos debería preocupar poco comparado con lo que deberíamos hacer los ciudadanos.

No es una verdad absoluta, pero sí una hecho contundente: Los partidos políticos en México sirven a intereses de grupos adinerados. o en todo caso, muy bien organizados. Lo que queda fuera de ese conjunto somos la mayoría de personas; no tenemos ríos de dinero ni estamos organizados (lo más preocupante de todo). Cada senador y diputado representa intereses bien definidos - discutibles o no es otro asunto - pocas veces los nuestros. Tampoco podríamos culpar a los legisladores de ello; aunque se acercasen y preguntaran de casa en casa lo que obtendrían sólo serían acusaciones y recomendaciones demasiado genéricas. Le corresponde a la población llevar las problemáticas, plantearlas con claridad y participar activamente. Estamos a años luz de ello. Sin cohesión estamos expuestos a ser gobernados por sujetos sin mucha experiencia en los distintos temas, que llegaron ahí por triquiñuelas políticas o favores. Una sociedad sin organización política queda a merced de los grupos realmente organizados que tienen representación en las cámaras.

La tarea para todos a partir del 1 de Diciembre es resolver las preguntas ¿Cómo tenemos que organizarnos para hacer que trabajen los políticos por nosotros? ¿De qué manera podemos hacer para que la mayoría se entere de los problemas de ellos y ellos conozcan los míos?

sábado, 10 de noviembre de 2012

Ciencia

Uno de los temas que me gustaría abordar en mi tesis de licenciatura es la Ciencia, particularmente la divulgación de la ciencia. Hablar sobre los resultados de la misma, los productos, los sistemas que permiten generar ciencia (conocimiento) y todo lo que ello implica. Se me hace un tema de gran relevancia porque, irónicamente  no lo es. Este mes concluyo nueve semestres de estudios en comunicación. Ya leí un poco de todo o de todo un poco. Me acerqué a grandes teorías y planteamientos centenarios; la verdad, tengo la sensación de que fueron enunciados por los profesores sin mayor análisis y como una repetición obvia de las grandes ideas de los grandes pensadores. Sólo algunos profesores lograron sacar partido de estas ideas, sistematizarlas a tal grado que lograran dar un poco de luz a los estudiantes y sobre todo que fueran consistentes con la ciencia moderna. La mayoría de los cursos fueron retóricos para mi. Inspirados en un humanismo donde lo importante es la realización del ser a través de la felicidad; de ahí que la mayoría de los planes de estudio fueran abordados a través de ideales, supuestos trascendentales etc; por ejemplo: la comunicación es la vía para desarrollar las habilidades personales; la comunicación es el camino a la libertad; la comunicación permite una mejor convivencia. Desde luego que tales perspectivas no son desechables, son grandes trabajos filosóficos, pero creo que nada más.

Esas propuestas, no científicas, sólo inspiran más desazón en los estudiantes. Crean confusión sobre nuestra labor profesional y laboral. Estudiar comunicación se convierte en un campo de interrogantes. Las especulaciones sobrevienen y se mira por debajo del hombro los esfuerzos para crear una Ciencia de la Comunicación sólida. ¿Para qué estudiar eso si yo haré aquello? ¿De qué sirve tanta teoria si en la práctica nada de eso sirve?. No sirve, en primera instancia, porque no hay una formación científica en la docencia y menos en los alumnos. ¿Cuánto sabemos sobre ciencia? ¿Acaso somos capaces de hablar sobre ciencia los estudiantes de ciencias de la comunicación?

miércoles, 17 de octubre de 2012

La lucha con las ideas en México

Desde hace varios meses traigo pegada la idea, y alimentada por las lecturas de medios escritos, sobre la lucha a nivel ideológico que se vive en México. Siempre ha existido y se ha llevado a niveles que han causado una ruptura en el poder del Estado. En la independencia, en la reforma, en la revolución. Entre conservadores y liberales con todos sus matices. Hoy este proceso retoma nuevos bríos. Y no se discuten temas simples, si no todo lo contrario, son los tópicos que incluyen a toda la población del país: la violencia, la desigualdad social, acceso a la educación y todos sus derivados. Muchos temas parecieran refritos, pero lo seguirán siendo mientras las soluciones no sean integrales; es decir, que se tomen distintas acciones de manera simultanea y con impacto multi dimensional. Como si la pobreza, la educación y la violencia fueran tres aspectos diferentes pero superpuestos. La lucha ideológica debería poner en discusión las soluciones que cada grupo de poder plantea. Generalmente abundan mensajes que descalifican, ni siquiera llegan a ser una crítica fundada en argumentos contrastables con la realidad, meras ideas viscerales.

Esta confrontación tiene sus puntos más álgidos durante momentos de modificación del orden político y sobre todo económico. Por caso pondré la reforma laboral y el manejo que se ha dado a la información respecto a este tema. El lector promedio puede perder la noción sobre qué es verdadero y qué es falso, tanto en el contenido de la reforma como las consecuencias; es decir, entre lo que es "real" porque está depositado sobre un documento - iniciativa - y las fantasías, especulaciones y bolas de cristal que cada periodistas o columnistas tiene. Estos especuladores desarrollan una actividad clave para la lucha por el poder, es mentira cuando afirman que ellos "sólo informan" . La pregunta es ¿Qué informan y cómo lo hacen; y desde dónde lo hacen?. Participan en la batalla ideológica desde una plataforma tan amplia y poderosa como el gobierno mismo (TV, Radio, Prensa, Internet). Obviamente hay medios de comunicación, por lo tanto periodistas, que tienen más o menos influencia dependiendo de sus recursos económicos y políticos, por ello la influencia que ejerzan será mayor o menos sobre la población.

La influencia de un medio es determinada, basicamente, por la calidad y cantidad de la información. No es lo mismo un desplegado de un sólo día y con una cobertura media o pequeña a los grandes titulares con una frecuencia reiterada e información abundante (eso sin detenernos a pensar si la información es verificable o no). Digamos que el lector promedio no se detiene a pensar en estas características de la información ni en las intenciones de los medios de comunicación. Primero porque el nivel de consumo de contenidos es pobres en México, tanto por la oferta como los hábitos que tienen los individuos. En la actualidad el tema de la televisión pública es decepcionante, las alternativas son sumamente reducidas y la calidad digamos que no alcanza las exigencias intelectuales que este siglo exige. En segundo lugar somos un país con una tradición de lectura sumamente reducida; el último gran esfuerzo fue lograr que la gente supiera leer y escribir - el gran avance pos revolucionario -. Desde ese entonces la educación ha sido aventada a la cola de prioridades en el país. Y regresando al punto. Las reflexiones acerca de los medios de comunicación no se dan cotidianamente por la lectura superficial que hacemos de ellos, debido a la oferta pobre y los hábitos de consumo.

Las reflexiones indudablemente llevarán a cuestionar. Nos haremos una serie de preguntas lógicas. ¿Por qué este medio apoya tal o cual postura? ¿Por qué no habrán señalado tal información cuando era demasiado evidente? ¿Quién chingados se cree él para afirmar tal cosa? ¿Acaso no hay temas más relevantes? y una larga lista. No tengo duda que hay personas que todo el tiempo hacen una lectura crítica sobre lo que escriben y publican, dicen al micrófono o a la cámara. Sin embargo, otro gran sector - que señalé en el párrafo anterior - considera como argumentos incorregibles y verdades absolutas lo que dicen algunos periodistas. Esto no vale para afirmar que hay personalidades en los medios que mienten reiteradamente o quienes siempre dirán la verdad. Precisamente eso es lo que debemos tener en cuenta todo el tiempo: la realidad es tan compleja, dimensional y fluctuante que nadie es capaz de comprenderla y analizarla en su totalidad. Aquello que se difunde sólo es una parcialidad aún cuando el medio se ufane de cubrir "todos los ángulos de la noticia". En ese sentido deviene la importancia del poder económico, quien tiene más dinero tendrá más posibilidades de hacer extensivo su mensaje. Por supuesto, el dinero no determina la solidez de un medio, entran en juego otras variables, como el prestigio de quien emite los mensajes, la plataforma desde donde lo hace - no es lo mismo Internet a un medio impreso - etc...

Es un escrito bastante reducido este, pero mi intención es que quien lo lea tenga muy en cuenta que existe, siempre, un interés de por medio cuando se transmite la información. La objetividad y neutralidad son conceptos de un uso bastante manoseado que en realidad no aplican para nada ni en la ciencia ni en el periodismo. Desde aquí invito a todas las personas que reflexionen sobre la lectura que hacen de los medios, que critiquen y que no tengan ningún gurú. Todos perseguimos objetivos, y es válido, pero siempre hay que decir cuál es y con honestidad, al final siempre se reflejará en nuestro trabajo. Mi objetivo es compartir mis reflexiones con ustedes y siempre invitar a las personas a la crítica.





sábado, 6 de octubre de 2012

Hello sexies

La primera de muchas.

Ya no soy un blogger nuevo, desde hace varios años he escrito en diferentes partes de la red. En foros tuve experiencias maravillosas, ahí uno comprende hasta qué punto los intereses pueden compartirse y sobre todo lo magnífico del conocimiento; una comunidad que gira en torno a un tópico y todas su bifurcaciones. Y vaya que aprendí cosas, desde el pragmatismo más absurdo - cómo desarmar una cámara fotográfica y construir tu propio amplificador de bocinas - o reflexiones que hoy tienen más sentido que hace una década ¿Quién almacenará la información de la red? ¿Habrá guerras cibernéticas? ¿Acaso alguien sabe que todo se puede investigar sobre una persona con simples clicks?. Luego di un salto cualitativo. Cree mi algunos blogs, pero el más activo se hospedaba en una comunidad veracruzana. Hice contacto con una cantidad interesante de jarochos, de cerca leí lo que la gente piensa en aquel estado que no conozco; sin mayor explicación dejé las actualizaciones, hoy lo pienso y muchas cosas han cambiado en esa región del país. Desconozco si los post continúan con la despreocupación, o si acaso, hoy escriben sobre la incertidumbre de aquel pantanoso y violento lugar totonaca. Compartí un blog con mi novia, más bien fue un refugio personalísimo. Luego intenté, vanamente, construir un espacio para la reflexión periodística, ya ni siquiera recuerdo la dirección. Y hoy sin más explicación cree este blog. En mi experiencia las acciones impulsivas tiene mejor porvenir, es probable que escriba aquí durante una buena cantidad de tiempo. El problema de planear las cosas es que nunca son suficientemente perfectas; la ventaja de improvisar es que nunca te detienes a pensar en el error.

¿Sobre qué escribiré? No lo sé. Tengo filias como tantos miedos. Me da miedo ejercer la crítica porque no sé si tiene calidad o si mis bases son suficientes. La recomendación es un estilo que he cultivado durante varios años, me parece una de las actividades más dignas del hombre: compartir. Si uno difunde enriquece el entorno.

Los intentos literarios siempre fracasan, no tengo la suficiente disciplina para llevar a buen puerto una historia o un personaje. Se fracturan mis líneas discursivas, languidecen mis personajes, no logro insuflarles vida. En cambio, la verborrea sí logro extenderla por varias cuartillas, pero procuro parar, a nadie le gusta leer mucho y con poco qué decir.  Por último esto es lo que escribo cuando no sé qué hacer. Gracias.