Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2015

Madre e hijas

Personajes: Dos mujeres en ascenso a los cincuenta y una madre próxima a los setenta. Lugar: En una cocina tradicional mexicana, de clase media  Bernarda : ¿Vas a comer mamá? Alicia : ¿Tú vas a comer? Bernarda : Ay, no puede ser. Si no como yo, tú nunca comes. Tienes que aprender a que no siempre                     te vamos a acompañar. Tienes que comer aunque estés sola. Tienes que cuidarte, si no otra                   vez se te va a subir el azúcar. Aprende a estar solita, mamá. A ver pues, vamos a comer.                       Deja te caliento                   Por cierto, cómo te fue hoy. Te saliste bien temprano y no dijiste a dónde fuiste. Nada más                   te tomaste un juego y un plato de fruta que había ahí. Cuídate. No ...

¿Por qué me gusta escribir?

Al menos creo que aquí soy más claro, más lúcido. Las comas y los puntos me ayudan. Todo lo contrario cuando hablo. Ahí se me van las ideas, pierden contundencia o se acentúan aquellas que carecen de calidad. No soy un gran orador, porque no soy un gran pensador. Confundo, engaño y disuado. A veces todo lo contrario, todo al revés. No con las letras, aquí me siento cómodo, aquí puedo admitir que estoy equivocado y borrar la oración, que nadie sepa que lo escribí, salvo yo. Con mi expresión oral aunque ya todo haya sido dicho y borrado del tiempo, mis palabras impactaron como dardos, como salvas o como viento. Aquí no, aquí está lo justo y nada más. Podría borrar todo esto y no pasaría nada; sé extender o minimizar un texto. Por el contrario, no me sé callar, no se editar lo que digo. En las letras encuentro mis sentimiento con mayor intimidad, más nítidos y sin distorsiones. En todo este blog hay confesiones, hay arrepentimientos, hay fantasías... En mi oralidad también las hay, pero e...