Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2013

A mi abuelo

Si pudiera definir a mi abuelo en una palabra, sería: Calma. No se ganó tal sosiego por medio de prácticas religiosas, metafísicas, tántricas ni mucho menos. La calma surge en él con tanta naturalidad como crecen las hojas en los árboles. Nace en él una paz que envidiamos a veces, reímos de su lentitud ante las adversidades. Una vez no salió de su habitación en pleno temblor porque sus zapatos cafés no estaban a la vista "No encuentro mis zapatos cafés". Cliché de abuelo cariñoso. Abuelito de piel irrepetible durante todo el árbol genético: obscura de cafetal, cuerpo altivo con la espalda ancha como su humor. El mejor repertorio de chistes lo sacaba cuando estaba pasado con las copas; tragaba cerveza como nadie. Levantaba los vasos o embaces de cerveza hasta deshidratar todo. Cantaba tangos, escuchaba marimba. Sonreía esplendorosamente. A veces nervioso como todos tenemos un poco por aquí. En su juventud un casanova, no sé mucho de eso, pero sus hijos lo r...

El cuerno

El cuerno Sentí un calor instantáneo, un cerillazo en el vientre. Pensé que era un cólico menstrual, apreté ambas manos contra mi ombligo, el calor se iba extinguiendo y el cólico iba creciendo incontrolable. Mis manos estaban empapadas de sangre, rojizas como la res que había visto ayer en una carnicería. No era sangre como la que sale cuando te golpeas por accidente la nariz, era espesa y negruzca. No tenía miedo porque sólo tenía dolor. La última vez que tuve dolor fue una gastritis que me atontó hasta que recibí suero. Este dolor era diferente, expansivo, se iba regando por todo mi cuerpo, excepto por las piernas y la cabeza. Mi cabeza estaba recargada sobre una pared con propaganda; mis piernas sabían que estaban dobladas como espagueti y cada vez menos fuertes. Luego fue miedo. El dolor no cedía y la gente corría de un lado para otro. Vi al otro extremo de la calle algunas personas durmiendo como niños, en esas posturas tan incómodas para los viejos, pero confortabl...

Tontos!!!!

Intolerancia. Eso es lo que a veces pienso que describe mejor las sensaciones que me causan otras personas. Y no que ellos sean los intolerantes si no yo. Me siento impotente ante su ignorancia sobre lo que yo conozco. Sospecho que debe ser inversa la emoción. Es que me frustro ante no poder expresar mis puntos de vista y ser entendidos. Como si todo estuviera amablemente construido y armónico en mi memoria, todo lo que veo a mi alrededor tiene coherencia según mi interpretación, pero cuando alguien expone algo opuesto todo se tambalea a mi alrededor. A veces aciertan profundamente y me siento aturdido, como si debiera revisar todo lo que he creído en los últimos momentos. Otras veces estoy convencido de su estupidez, sé que están errando y van con una sonrisa ingenua. Quisiera gritarles, más no ofenderles, a pesar de que eso pudiera ser el efecto no deseado, que están mal, que sus razonamientos están incompletos por lo que yo pudiera aportar.  Luego siento una...

Entrada mediana

Ayer escribí brevemente. Hoy me quedé pensando porqué no puedo hacer entradas más amplias, sobre algún tema en particular. Reviso otros blogs y me quedo con cara de qué pedo. ¿Cómo le hacen para redondear tanto una idea y hacerla atractiva? Para mi como escritor es todo un reto. He pensado que si no tengo nada qué decir o si de plano no tengo las herramientas para ser un escritor mediano. Ya no tengo más que decir. Se ha esfumado todo.