domingo, 2 de diciembre de 2012

Política monárquica del siglo XXI

Recién encontré una actividad para distraerme y llevar mis reflexiones sobre la religión a otro punto. Entro a visitar páginas, foros y leo mensajes referidos y en defensa del credo religioso. Comento en los mismos espacios con sorna más crítica. Podría ser impropia mi conducta, de algún modo podría ser interpretada como intolerante. No tengo problema si me acusaran de ello porque estoy enterado de ello. Tampoco soy un mercenario que pretende incendiar a los feligreses o templos; soy un individuo crítico que en el mínimo espacio intento comentar sobre los peligros de la fe religiosa. Desde luego, no todo lo que dice la religión es mentira encubierta o fanatismo puro. En ocasiones llegan a recomendar acciones prudentes en beneficio de la sociedad o del individuo. Pero el hay dos temas que me causan particular escozor: la ciencia y la política. En este caso hablaré del segundo tema porque los tiempos así lo ameritan. Mi reflexión es simple, caduca pero efectiva a través de los años. La detonó una mini charla de Twitter. Cito:

Aunque no lo crean Dios pone y quita a los gobernantes del mundo, así que lo mejor es aceptar al  porque

Le contesté y me replicó así:

 Cada quien con su cuento, pero el hecho ya está consumado...
 Sí está consumado, s legal , pero meter a Dios se me hace excesivo. ¿Por qué Dios le da buenos presidentes al primer mundo?
 Algo estamos haciendo mal, la no participación política activa y propositiv ha tenido sus consecuencias, y ésta es 1 de ellas
 Pues ahí está mi punto. Se trata de acciones humanas, no hay un Dios. Cada individuo hace lo que quiere con sus consecuencias.

 podría darte escrituras bíblicas para comprobarlo,pero es mejor que tu las busques para que te desengañes.

El último comentario me indigno, debo admitir. La política y la religión - aún cuando la segunda es políticamente activa, y de qué manera - no deberían mezclarse. La política son actos humanos de organización social, la búsqueda del poder para influir sobre los demás, ejercer el control, quitar o poner libertades. La religión está acotada al mundo trascendental y metafísico, no debería mezclar sus conceptos con la política porque fomenta radicalismo, intoxica con su principio de autoridad. Todo lo convierte en determinismo, anula la posibilidad de diálogo porque creen en "la palabra".

La democracia es por definición secular. Son humanos eligiendo humanos. No hay dios padre en una sociedad equitativa. La democracia es tolerante porque considera las opiniones de las minorías como iguales a la mayoría. Todo lo opuesto a la religión cristiana donde el pensamiento distintos es condenado por se incompatible por los principios morales. La política inspirada en la moral define buenos y malos, una oposición donde no hay cabida para otros colores. Estás contra nosotros o estás con nosotros. Luego, sólo existe una visión para la religión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario