Ir al contenido principal

Las cosas pequeñas

La última vez que publiqué fue en el cumpleaños de mi papá. Me olvido que un espacio para la escritura no es nada sin unas pocas palabras. Como unos zapatos que no sirven para nada si no se camina. Qué poético y tan fuera de mi fue esa comparación. Espero en las semanas venideras llenar este espacio con la segunda entrega de mi "historia larga" como la he denominado; además de publicar un cuento sobre crimen. He llegado a la conclusión que mi estilo - por ahora - está completamente en la exposición de la violencia, de la matazón y el hampa. Es posible que sea el contexto nacional que me ha engullido, no lo sé, sólo con el paso del tiempo podre hacer una mejor valoración; es que creo que hay algo de artístico en la violencia, detrás de ella hay más sufrimiento que ella misma, hay tristeza, dolor, soledad y otras tantas cosas que orillan a una persona a lastimar a otra. Son muchas cosas pequeñas. 

Otra de las razones por las que no he escrito se debe a haber trabajado en dos textos periodísticos más o menos extensos. Tengo que confesar que la escritura periodística es más difícil de trabajar para mi, en la literatura es muy sencillo mentir, pero en el periodismo uno no puede poner a un personaje a bailar si jamás lo ha hecho. No puedo hacer que un vendedor ambulante deje de hacerlo para ponerse a escribir, son seres humanos - más o  menos- libres, en un cuento no, son esclavos de la historia, del principio y fin que cada autor ha puesto sobre ellos. Cosas pequeñas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comida de recuerdo

Y ahora que estoy un poco más lejos, de tiempo y lugar, cómo extraño comer con mi madre. A veces solo extraño la comida, a veces el silencio y a veces la compañía. A veces extraño las tres: una comida deliciosa, una plática larga sobre cualquier tema o un enorme silencio que tranquiliza y ayuda a sopesar mejor las ideas. Mi madre nunca fue una gran conversadora, en el sentido de abrir la charla, profundizarla, narrar grandes historias o acompañar la sopa con hazañas imborrables. A veces solo nos mirábamos, y ella tan silenciosa como yo. Solo el sonido de las cucharas chocando la porcelana y el gorgoteo de la jarra sirviendo agua de fruta. Las burbujas del agua hirviendo para el café o el té de manzanilla. Y también el canto de los pajaritos que nos espiaban desde la ventana, como queriendo escuchar lo que decíamos. Pero no decíamos nada. Solo estábamos concentrados en saborear la comida, y tal vez en planear nuestro día. Porque, aunque mi madre no decía mucho, yo sabía que pensa...

El lugar del miedo y la ambición

Durante los últimos meses ha sucedido algo extraño en mi forma de pensar y se ha reflejado en lo que es este blog y en la idea sobre la que fue concebido. Con un poco de decepción pienso que mi impulso literario ha desaparecido. Las historias que tenía en mi cabeza y que quería redactar en este sitio, de pronto dejaron de ocupar espacio en mi cerebro. Fue un secado creativo, un drenado de literatura. Ya no leo ficción, ya no me obsesiono con personajes y formas de narrar una historia. No busco buenos reportajes, ni las plumas más destacadas en los medios de comunicación me interesa. Ignoro los mails que me mandan las editoriales y mi biblioteca apenas si ha crecido con nuevas adquisiciones de cuentos, novelas, ensayos e incluso ciencia.  Todo ha sido, poniéndolo en términos informáticos, como un formateo. Se borraron mis viejas programaciones y fueron instalados otros programas que me llenaron de nuevos conceptos y formas de ver el mundo. Y esto no es una queja, es una especie de n...

Espiral 1

 Desde la óptica de sus padres, se le dio todo. O más exactamente, se le dieron todas las convenciones sobre la "buena" y "mala" crianza. A veces mezclada, a veces con un compromiso que solo surge del amor: apoyo, acompañamiento, diálogo, esquematización, horarios, mano dura, empatía, guía profesional, psicólogos, terapias, cinturonazos, trapazos, paciencia, dedicación, escucha, libertad, normas, libros de autoayuda, actividades al aire libre, espacio personal, integración familiar, experimentación individual o en familia. Se le ofreció todo con el único objetivo de hacerlo sentir apoyado y amado. Se le preguntó y escuchó sobre todas sus inquietudes, desde niño hasta cuando ya era mayor y plenamente consciente de todas sus decisiones. Nunca se le retiró el apoyo directo o parcial, porque simplemente no podían hacerlo sus padres. Era su primogénito, primera y última razón para seguir adelante.  Algunas veces intentaron renunciar a él. Guardaron la distancia, fingiero...