martes, 8 de enero de 2013

Proyectos

Definitivamente aplica muy bien la corriente naturalista de la psicología de Kantor en mis hábitos de escritura. Según él tengo ya una manera bien definida, aprendida, de "interactuar" con el teclado o PC en este caso. Escribo más cuando se supone no debería escribir y escribo nada cuando tengo la intención de llenar una cuartilla. Archivé en Drive de Google mis documentos con la intención de coleccionar lo mejor como lo peor de mis letras, a la fecha, no crece como yo quisiera. Únicamente sirve para observar la baja frecuencia con la que me siento a teclear: "Última modificación de la carpeta o archivo - Hace un mes".

En esos meses deprimentes, literariamente hablando, he leído y amasado ideas grandisímas de las cuales he imaginado castillos de prosa. Todo se reduce a nada. Se hace nada porque espero hacerlo todo en un tiempo indefinido, haciendo prospectiva. La realidad es que mi escritura es fluida como una gota sobre un cristal; no es abundante, pero me sale al golpe. Debería cambiar mi forma de "interactuar" con ese hábito que intento generar y que no puedo. Debería escribir siempre como ahora mismo, sin pensar, sin detallar, sin organizar tanto, sin esperar nada a cambio.

Lo que quería escribir y no he escrito es sobre mis vacaciones. Fue un viaje sorprendente para los sentidos. Gran viaje de reflexión sin lograr la iluminación en el extranjero. Aquí en mi país comprendí cosas. Mañana lo anoto, porque ahora deseo recostarme y leer un poco de álgebra.

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